Lo primero a destacar de su instrumento son los excelentes acabados, teniendo en cuenta que estamos hablando de un bajo que vale 148€ nuevo. El binding, el acabado de los trastes, la tapa... todo tiene un aspecto más que decente. Se trata de una copia del famoso bajo violín de Hofner, popularizado en los 60 por Paul McCartney, y como tal copia, conserva los aspectos de diseño del original, como es su escala corta, su mástil prácticamente rectangular (no trapezoidal como es lo habitual) y su bajísimo peso, ya que tiene el cuerpo hueco.
Su sonido tiene un toque acústico evidente, con una considerable pegada y unos graves profundos, aunque en menor medida que el original. En general su tono es muy similar al de mi Ibanez AFB, aunque más equilibrado y con unos agudos más cantarines, menos apagados, seguramente por el menor tamaño del cuerpo y por el hecho de que la acción con la que recibí el bajo es muy baja, tanto que parte del ruido de trastes (que no siempre es trasteo) se transmite al sonido final como un toque metálico y brillante.
En cuanto a sus defectos, el principal que le puedo achacar por lo pronto es el cabeceo que muestra, el cual se soluciona colgándose el bajo bastante alto, lo cual tampoco supone un gran problema gracias a su pequeño cuerpo. Por ahora el ajuste no parece ser un problema, incluso está razonablemente bien quintado (se pueden tocar intervalos de octava por las notas más agudas del diapasón).