Energía, buen gusto y musicalidad. El reputado guitarrista estadounidense llegó a la ciudad portuaria con un séquito envidiable: Randy Brecker a la trompeta, Chris Minh Doky al bajo y el increíble Dave Weckl a la batería.
Ciertamente no podría destacar nada del concierto, el nivel musical me superó y asistí a 90 minutos abrumado por intrincadas melodías, solos erizantes (grandísimo Weckl) y un virtuosismo elegante y sutil.
Me declaro incapaz de emitir ningún juicio. Por ello, dejo aquí una muestra para que cualquiera haga su propia crítica. Yo me limito a disfrutar del recuerdo.
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