martes, junio 16, 2009

Windmill Windforce Acoustic 5

Al fin conseguí cambiar mi Warwick Streamer Stage II y el resultado me ha dejado muy satisfecho.


La semana pasada recibí mi nuevo Windmill Windforce Acoustic 5, un bajo de gama alta fabricado en Holanda. Se trata de un bajo eléctrico, aunque el nombre pueda provocar confusión. El calificativo Acoustic le viene dado por el ahuecamiento de la parte superior del cuerpo y por el piezo que lleva instalado en el puente.


Lo primero que sorprende de este bajo es lo ligero que es, en parte gracias a la semicaja del cuerpo y también a su reducido tamaño. Una vez colgado es muy cómodo, está bien balanceado y el perfil del mástil tiene un diámetro muy generoso y un barniz satinado, dando un tacto suave y ergonómico. El cuerpo está hecho de fresno ligero con una preciosa tapa de arce flameado (flame maple) y el mástil es de 5 piezas de arce con un diapasón de palorrosa de 24 trastes.


En cuanto a electrónica nos encontramos con una única pastilla doble (con cubierta de ébano, un detallazo) conmutable a doble en paralelo, simple o doble en serie mediante un switch. Su configuración básica es con la pastilla en doble en serie, entregando un sonido potente y definido en la onda MusicMan pero con mucha más dulzura y medios gracias al cajeado; en doble en paralelo y en simple el sonido pierde bastante volumen y pegada, no parece que el sistema esté tan bien diseñado como el del Sterling.


El bajo incorpora un previo de 3 bandas Aguilar OBP-3 que suena de escándalo: los agudos añaden un interesante brillo metálico y los medios y graves son profundos, dulces y muy musicales, aunque me gustaría que el rango de los potenciómetros fuera más amplio, ya que el realce y la atenuación se notan enseguida con girarlos un poco.


El piezo adolece también de un menor volumen, afortunadamente viene con un control de mezcla con la señal magnética; su sonido es delgado, más a madera y con unos graves menos marcados ya que el intrumento no deja de ser un bajo eléctrico, por lo que su resonancia no es como la de un acústico.


En general se trata de un bajo de luthier de gama alta con todos los excelentes detalles de acabado y sonido que uno puede esperar. Es muchísimo más comodo que el Warwick Streamer Stage II, razón por la cual lo cambié y su sonido me gusta mucho más, con unos medios más expresivos, aunque echo un poco de menos los graves y medios-graves profundos y guturales tan característicos de Warwick.


Como anécdota, el bajo me vino sin llave Allen y por el cambio de clima (de Guadalajara a Murcia) llegó con el mástil bastante desajustado. Probé con todas las llaves que tenía y ninguna encajaba correctamente. Su anterior dueño me dijo que jamás tuvo que ajustarlo y que se lo dieron sin llave, por lo que busqué en ferreterías murcianas llaves Allen americanas. Desgraciadamente sólo las tenían en las ferreterías industriales, que suelen estar en los polígonos industriales de las afueras. Desanimado, miré la web de Windmill y me sorprendí al ver que el teléfono de contacto para todo el mundo era un móvil español afincado en Denia. Hablé con un tal Marco y tras unos e-mails y algo de espera recibí por correo la llave Allen adecuada, un 10 en atención al cliente para Windmill.

1 comentario:

Anónimo dijo...

q envidia xD