Han pasado ya unos cuantos años desde que me metí en esto de la música, entre 7 y 8. Creo que ahora con la crisis es un buen momento para ver
cómo estamos y ahora y cómo estábamos hace un tiempo.
Mi primer bajo lo compré más que nada por presupuesto. Era el más caro que me podía permitir y además me parecía bonito. Como no tenía ni pajolera idea de tocar no podía probar su comodidad así que me lo quedé sin pensármelo mucho. Se trata de un
Samick PMB-41S. Me costó 60.000 pesetas (unos
400€), algo nada descabellado para la época, teniendo en cuenta que el mercado se movía básicamente en
tiendas de barrio, siendo desconocidas las tiendas de Internet en general y las alemanas en particular, lo que les permitía poner los precios que quisieran.
El bajo era (y es) de una calidad
mediocre. Con cuerdas que no estén recién estrenadas da un sonido apagado con presencia casi nula de la 1ª cuerda. Difícil de ajustar y con un potenciómetro roto al poco de comprarlo (más tarde descubrí que se debía a un defecto de fabricación en el interior). De él sólo puedo destacar su
buen sonido desenchufado y el perfil del mástil, similar al de un jazzbass, que lo hacía bastante
cómodo.
Las demás opciones de la época tampoco eran nada del otro jueves:
Of USA (copias de Fender),
Academy (marca horripilante que sorprendentemente aún existe),
Cort,
Ibanez,
Yamaha (bastante peores que las actuales en sus gamas de principiante) y
Kohler, que por entonces eran una novedad (compañía española, fabricación asiática y relación calidad/precio bastante buena).
Los precios que se barajaban en las tiendas no eran nada agradables al bolsillo del principiante (de 50.000 pesetas para arriba, 300€), sobre todo en relación a la calidad ofrecida, ni tampoco para economías de más nivel: un Fender Standard (mexicano) se vendía fácilmente por 100.000 pesetas (600€), y un Ibanez de gama media pasaba de las 150.000 pesetas (900€) e incluso de las 200.000 (1200€), un desembolso enorme teniendo en cuenta la inflación que vino con la entrada del Euro y el menor nivel de vida de entonces: 600€ era un sueldo aceptable para la época, el equivalente a uno de 1000€ de ahora (se instauró
de facto el cambio 1€=100 pesetas).
Actualmente es posible encontrar una
gran variedad de instrumentos gracias a las tiendas de Internet en general y a
muy buen precio gracias a las tiendas alemanas en particular. Marcas ya antiguas como Squier, Yamaha o Ibanez han renovado su catálogo ofreciendo productos con una
buena relación calidad/precio y nuevas compaías como SX producen instrumentos a
precios irrisorios con una
calidad inusitada para lo que cuestan. Aumentando el presupuesto no es raro encontrar Ibanez de gama alta por menos de 1500€ (250.000 pesetas) y bajos de luthieres internacionales por menos de 2000€ (300.000 pesetas), algo impensable hace tan sólo unos pocos años.