jueves, abril 21, 2005

Sobre la verdadera música...

...o por lo menos tal y como yo la entiendo. Leyendo el foro de Guitarramanía me he encontrado varias veces con dudas sobre la improvisación y la composición. Yo desde luego no soy una autoridad (ni siquiera de lejos) en ninguna de las estas materias, pero quisiera explicar cómo las siento. Para mi la improvisación es "la verdadera música", en tanto que la música no es más que un medio de expresar sentimientos o ideas y en la improvisación es cuando el sentimiento puro se escapa de la mente hacia el instrumento a través de las manos. Para improvisar, lo principal no es saber tocar, sino saber escuchar: de nada sirve ser capaz de vomitar treinta escalas arriba y abajo por compás si lo que está sonando es un blues de los lentos; sin embargo, si se escucha atentamente por dónde va la temática de lo que los demás tocan, se puede hacer la mejor intervención de la historia con tres notas. Precisamente esta mañana he visto el DVD de los Red Hot Chili Peppers del concierto en el Slane Castle, y John Frusciante hace varios solos improvisados (se nota cuando alguien improvisa, y no precisamente porque cometa fallos...) de apenas tres, cuatro notas que llegan directos al corazón.

En cuanto a mi experiencia personal, siempre he intentado juntarme para improvisar con conocidos y amigos (y también con desconocidos). En un principio, dado que mi papel es el de bajista, siempre me toca aportar el ritmo básico junto con el batería, a no ser que haya un guitarrista que decida tomar el papel rítmico. A partir de ahí, tras construir una base sólida con una progresión de uno, dos, tres o cuatro acordes (más puede resultar difícil), llega el turno de los solos; normalmente los instrumentos más solistas son, obviamente, los que más intervención tienen en esta parte, instrumentos como el saxofón, la guitarra, el teclado, etcétera, pero también llega al fin el turno del bajista: a mi gusto, los solos de bajo deben siempre mantener el groove (ese ritmillo que hace que uno mueva los pies, a falta de una mejor definición) y ser en mayor medida melódicos; podrían compararse a los solos de saxofón o trompeta, mientras que los de guitarra pueden basarse más en figuras con acordes e intervalos más complejos junto a bendings dobles y demás recursos típicos de este instrumento.

El problema para los bajistas nos llega, a mi parecer, con los solos. La mayoría de nosotros no tenemos oportunidad nunca de practicar nuestra faceta melódico-solista en las formaciones en las que estemos, por lo que de pronto nos vemos con que no tenemos recursos para afrontar la situación. Aquí es donde hay que hechar mano del feeling, el sentimiento, aquello de las tres notas que salen del alma (en el caso de que el bajista sí tenga aptitudes de solista, enhorabuena por él).

De mi corta experiencia con las improvisaciones puedo destacar un gran momento: aquél en el que, una vez fundido con la música, puedo llegar a cerrar los ojos y tocar cada una de las notas que imagino y, mejor aún, sorprenderme a mí mismo tocando cosas que no he pensado y que suenan bien. Esto me ha sucedido varias veces, con resultados más o menos "virtuosos", y puedo asegurar a todo el que me lea que la sensación de estar dominando aunque sea por un momento la música desde tu subconsciente es uno de los mayores placeres que se pueden experimentar, es como salir del propio cuerpo y observar desde fuera cómo todo fluye por sí mismo, es... la verdadera música.

PD: perdón por tanta pedantería, pero espero que quién lea esto pueda experimentar alguna vez el placer de hacer tres, cuatro, veintisiete notas como si saliesen solas desde lo más profundo de sí mismo. Buenas noches!

2 comentarios:

Tuga_Viseense dijo...

No he podido experimentar todavía ese punto que describes pero creo que el público lo sabe ver, siente la pasión que ponen los músicos en ese momento, que le da más realismo, un algo especial una fusión especial, que quizá no siempre se comparte con los compañeros de agrupación.

Y sí, éso es la verdadera música el culmen de ese arte y no sucede siempre cuando queremos, y seguro que es cuando serías capaz de componer horas y horas...

Anónimo dijo...

No creo que improvisar sea la mejor forma de expresar tus ideas... la mejor música se hace trabajándola hasta conseguir exactamente lo que quieres transmitir ... y eso no sale improvisando. No digo que la improvisación no sea emotiva pero para mi no es la verdera música.