Roberto Fonseca, joven pianista cubano, hizo que el público gritara y bailara desde sus sillones al ritmo de un jazz latino, con toques soul, arabescos y también partes más tranquilas y emotivas capaces de hacer saltar alguna lágrima.
John Scofield, la cabeza del cartel, cumplió de sobras tećnicamente pero no llenó tanto el alma de los presentes. Un concierto clásico de jazz moderno, comedido, poco arriesgado. Después de Fonseca resultaba demasiado... aburrido: tal vez la elección del telonero no fue la correcta. Me esperaba algo más experimental y movido.
Una noche impecable estilísticamente pero para mi gusto un tanto descompensada.
Mención especial al baterista de Roberto Fonseca por su expresividad y explosividad y al bajista de John Scofield por su buen gusto a la hora de solear.
Una noche impecable estilísticamente pero para mi gusto un tanto descompensada.
Mención especial al baterista de Roberto Fonseca por su expresividad y explosividad y al bajista de John Scofield por su buen gusto a la hora de solear.
2 comentarios:
¿Será por las partituras? Cuando se lleva una sección de viento hay más arreglos y más material ensayado; supongo que será por eso que te ha parecido flojo, porque he visto pocos guitarristas tan "marcianos" como Scofield. ;-)
Pues eso es lo que fallaba, que marcianadas ninguna :\ Precisamente iba con un amigo guitarrista a quien también le encanta Scofield y salió muuy aburrido.
Scofield con sus típicas disonancias pero sin arriesgarse nada, todo muy plano, bueno, todo lo plano que puede ser Scofield, que tampoco es que estuviera haciendo obviedades.
La sección de vientos también floja... apenas unos acompañamientos muy sutiles y un par de solos.
Me esperaba un concierto lleno de sorpresas y me encontré con algo nada sorprendente.
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