viernes, julio 28, 2006

Ironías del destino

Habiendo hecho un ensayo de pena, cansado de trabajar, con sueño, sin haber invitado a nadie por esperar que fuese una birria, y resulta que el concierto que dimos ayer en el Coyote ha sido el mejor de mi vida. Aún ni me lo creo, todavía me dura la emoción y eso que he dormido 4 horitas y poco.

1 comentario:

desmitificador dijo...

Yuhuuuuu...al fin la música está dando tus frutos